domingo, 18 de julio de 2010

DÍA 18: VISITA DE DELFOS Y LLEGADA A OLIMPIA

Por la mañana hemos visitado el Museo de Delfos, donde hemos degustado, entre otras maravillas rebosantes de sensibilidad y amor a la belleza, estas dos:




A continuación, por segunda vez después de la visita relámpago de ayer por la tarde, el santuario de Apolo, auténticamente encajonado al final de un angosto valle donde se adentra el olivar, y, como si quisiera apartarse del mundanal ruido, cerrado por el monte Parnaso (¿hay un centímetro de esta tierra que no esté preñado de leyenda, historia, Cultura? Mi amigo Jacobo se está leyendo en este momento un artículo sobre el lugar, aquí en el salón del hotel de Olimpia, y ahora empieza a darse cuenta del valor de las piedras que ha estado pisando):




Pero no paramos. Hace apenas unas horas, con gran pena por no poder volver a probar en el restaurante Epikouros el mejor yogur griego que he probado en mi vida (con frutas del bosque), hemos llegado a Olimpia. Sí, O-lim-pia: