domingo, 15 de agosto de 2010

LONDRES

Aunque en realidad Londres era más bien un lugar de paso en este viaje, no he podido dejar de admirar la belleza de sus calles,



ni la de sus museos, primero la Wallace Collection,



donde he fotografiado con flash, sin que me llamaran la atención, el grupo escultórico de Cupido y Psique, obra de Filippo Della Valle:



Y luego el Museo Británico, tan rico en joyas de la Antigüedad, que uno acaba mareado. Una representación de Afrodita asistida por Eros y -probablemente- Psique:


Interesante imagen de un arpa en una cerámica ática:


Y así más o menos se veían los antiguos en sus espejos:


Etcétera, etcétera.

Mañana Liverpool, una de mis metas principales, donde me aguarda -espero- el Cupido acariciando al Alma de Gibson, con todo su sobrecogedor simbolismo. Él solo merece el sacrificio de seguir comiendo y bebiendo las cosas tan repelentes que preparan los británicos. Encima, en el hotel te cobran por absolutamente todo: parking, conexión a internet, adaptadores de corriente (el desayuno no, porque es un desastre en todos los sentidos)... y a unos precios estratosféricos. Al menos la autopista de Dover a Londres no resultó ser de peaje. Por cierto, habituarse a circular por la izquierda no era tan difícil.

PARÍS

Al final el viaje de Munich a París no se me hizo tan largo. Hasta pude echarme un rato en la cama y darme una vuelta por París:



Estuve unas tres horas en el Louvre, embriagándome de belleza. Naturalmente, hoy he vuelto, en coche, por cierto, porque hay parkings para rato en la zona:



Creo que haría falta hasta un mes para poder ver con relativa tranquilidad todo el arte que hay allí reunido. Entre otras muchas obras que he fotografiado, por supuesto El Amor amenazando, de Falconet:


Y una de mis favoritas, por muchas razones, Cupido jugando con una mariposa, de Chaudet-Cartellier:



Luego, por la tarde, rumbo a Calais, para coger el ferry hacia Dover:



Y ya estoy en el hotel de Londres.