viernes, 3 de septiembre de 2010

ENSAYO 1

Impaciente como estoy por comenzar un montaje que va sobre uno de los temas más ricos y universales de la literatura y el arte, me he puesto a ensayar un poco con las imágenes, las pistas de audio y las transiciones del Windows Movie Maker (aunque pienso usar otro editor de vídeo más profesional, ya veré si el Pinnacle, el Adobe, el Sony Vegas o el Edius):



Pero queda mucha tela que cortar, empezando por la organización de las ideas que tengo en la cabeza y los textos literarios que estoy reuniendo. Hasta que no haya organización, no habrá forma, no habrá nada. Ni siquiera tengo un título, porque éste viene determinado por la forma final del trabajo, aunque también viceversa. El Γλυκύπικρον ἀμήχανον (Agridulce inexorable) que pensé al principio es demasiado restringido, explícito y erudito, y hoy me inclino por La verdad sobre el Amor, que es el más amplio y sugerente -por provocativo- que se me ocurre.

Lo más difícil es decidirse por un estilo "documental", didáctico, académico, escolar, explicativo, o bien por otro más "artístico", poético, narrativo. Existe la posibilidad de dividir el montaje en dos partes, la primera documental y la segunda artística, pero se puede incurrir en la redundancia y además alargarlo demasiado. Ante todo, no me gustaría incluir ni una sola frase mía, sino dejar que hablen sólo los poetas griegos y latinos, pero es prácticamente imposible encontrar un texto literario para cada una de las muchas ideas e imágenes (esculturas, pinturas, cerámicas, mosaicos, camafeos, gemas, sellos) que rodean e ilustran el tema del amor. Por ejemplo, los he encontrado para ésta,


o esta otra,


pero no para las obras de Cartellier y Gibson ni para el simbolismo de la mariposa en general. A veces disponía de un texto para el que no conocía ninguna imagen hasta que hice el viaje, como me pasó en la Neue Pinakothek de Munich, donde encontré este grupo escultórico,


que se adapta muy bien a un poema de Teócrito, mientras que esta acuarela de Durero fue hecha específicamente para representarlo:


Por otro lado, tengo que familiarizarme con el programa de edición de fotografías que vaya a usar (el GIMP o el Photoshop), sobre todo en lo que se refiere al uso de capas y a los recortes, y con el programa de edición de vídeo.

En definitiva, un trabajo de al menos un trimestre, calculo. Pero una vez estructuradas las ideas, realizar el montaje en sí, seleccionando y editando las imágenes, los efectos y el audio, es coser y cantar, aunque eso sí, dedicándole mucho tiempo y haciendo miles de cambios.

"PERO ES MÍTICO"

Bueno, va siendo hora de contar anécdotas del viaje. La primera que se me ocurre tuvo lugar en Olimpia.

Primero visitamos el recinto arqueológico, donde, entre otras, tomé imágenes de esta interesante muestra de evolución arquitectónica, concretamente del equino (parte inferior del capitel) en el templo de Hera. Este templo fue inicialmente construido en madera y poco a poco sus distintas partes fueron sustituidas por otras de piedra, siguiendo los estilos imperantes en cada época. En estas tres columnas se puede apreciar la diferencia entre dos tipos de equino:



En el estadio, donde nacieron los Juegos Olímpicos, tuve ocasión de filmar esta carrera:



Y a continuación, mientras Jacobo proseguía su visita por el museo, me fui con mi hermano en busca del río Alfeo. Por el recinto sólo pasa el Cládeo, su afluente, que ya vi en mi viaje del 2005:


Pero a mí me interesaba ver el Alfeo, que no es un simple arroyo. Como no lo encontraba, les pregunté a los vigilantes de la entrada, una chica de no más de veinte años, una mujer mayor y un hombre maduro. Ellos amablemente empezaron a indicarme, hasta que la señora mayor interrumpió: "Μα γιατί θέλεις να δείς τον Αλφειό; Δεν έχει τίποτα", es decir, "¿Pero para qué quieres ver el Alfeo? No tiene nada", a lo que yo respondí, con cierto tono de indignación: "Αλλά είναι μυθικός!", esto es, "¡Pero es mítico!" Sin saber seguramente a qué me refería, los tres hicieron como que me comprendían y la chica sonrió en un gesto de sabio asentimiento.

Y a lo que me refería es a que el Alfeo no era para los griegos una simple corriente de agua, sino un dios,


el mismo que aparece representado en el frontón oriental del templo de Zeus, contemplando los preparativos de la carrera de carros entre Enómao y Pélope,


junto con el Cládeo:


Pues bien, cogimos el coche y después de apartarnos bastante del recinto, no encontramos nada. Cuando ya estábamos agotados de dar vueltas en coche y a pie, pregunté a un conductor que salía de las fincas y me informó. Por fin, rodeados del omnipresente sonido de las cigarras, pudimos divisarlo a lo lejos:


luego de cerca,


 y por último filmarlo: